Por: Javier Lugo
jlugo@caracheonline.com
Fotos: Cortesía.
Sin duda alguna la disposición de fallecidos representa otro gran reto para la planificación urbana y para la ecología en el planeta, si miramos nuestro caso en particular, vemos que el Cementerio de Carache ubicado en la comunidad de La Playa ya se encuentra abarrotado y que incluso ya han acudido a desenterrar algunos de vieja data, para darle espacios a los nuevos difuntos, ante la falta por ahora de un nuevo cementerio público.
“Polvo eres y en polvo te convertirás” esta frase sin duda alguna está más allá de los términos filosóficos cristianos y está relacionada con el concepto de que los seres humanos somos al igual que los demás formas de vida, como animales y plantas, hijos de la tierra y que a ella volvemos para nutrirla una vez finalizada nuestra existencia, bajo este concepto los diseñadores italianos Anna Citelli y Raoul Bretzel se han planteado el proyecto “Cápsula Mundi” que contempla el diseño de un ataúd que además de ser biodegradable, se convertirá en un alimento de la naturaleza, ya que de él nacerá un árbol.
Este innovador y ecológico proyecto tiene como idea el volver al punto de partida y regresar de donde vinimos, un tema que atrae a muchos, independientemente de la fe que profesen. El proyecto contempla el desarrollo de una cápsula para un entierro orgánico, biodegradable, que convertirá al cuerpo del fallecido en nutrientes para un árbol que crecerá fuera de sus restos.
El proceso tiene como metodología el encapsulado del difunto en posición fetal, el cual es enterrado o bien con un árbol o con una semilla, que se planta encima de su cápsula.
El proyecto es actualmente solo un concepto, ya que la legislación italiana prohíbe tales entierros por ahora, por lo cual si la legislación cambiara y se permitiera al proyecto cumplir con sus objetivos, se crearían parques conmemorativos llenos de árboles en lugar de lápidas. Y en vez de destruir y enterrar madera de ataúdes, podríamos, al final de nuestras vidas, proporcionar sustentos para nuevos árboles en su lugar.
Con este nuevo concepto de entierro orgánico, nuestros seres queridos y descendientes ya no visitarían un cementerio, sino un hermoso jardín en el cual podrían visitar nuestro árbol, cuidar de él y descansar a su sombra, algo que sería de verdad muy reconfortante. En lo particular, a mí me gustaría poder devolverle mi cuerpo a la tierra, ojalá al final de mi vida proyectos como este pudieran estar en funcionamiento en nuestro país.
Con información: www.ecoinventos.com

