Por José Gregorio Torres.
Muy buena la intensión por parte de la empresa gubernamental Corpoelec, al reponer las luminarias del alumbrado público, tan necesarias para garantizar al menos en horas nocturnas la seguridad en las calles de Carache. Esto que es un deber y una obligación por parte de quienes administran el poder desde el gobierno a través de sus órganos correspondientes, en este caso desde el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica, y Corpoelec empresa que fue creada en el año 2007 por el difunto presidente Hugo Chávez.
Ahora bien si es cierto que se ha venido tratando de mejorar este servicio en medio de todas las dificultades económicas que se viven en país, algunas cosas no encajan en las medidas tomadas, pues mientras piden comprensión a los usuarios del servicio ante tanto apagón, bajones repentinos y racionamientos no anunciados, se debe sumar a esto el hecho de que las luminarias que se están colocando en el sistema de alumbrado público, al menos en Carache, carecen de la debida fotocelda, lo que no permite su necesaria administración de la carga.
Por lo que es contradictorio cuando se exige al usuario cumplir estrictamente las exigencias de la empresa, puesto que si se busca ahorrar energía eléctrica de manera residencial, hay que analizar lo que significa el exagerado desperdicio de energía que a diario se produce cuando estas luminarias permanecen encendidas las 24 horas del día, el desgaste de las mismas rediciendo su tiempo de vida útil, lo que también crea suspicacia en el hecho de que la mayoría de ellas seguramente fueron adquiridas incluyendo el sistema de fotoceldas, de las cuales al parecer carecen todos estás lámparas, nada de raro en nuestro país a la ahora de determinar quien estará haciendo sus negocios, mientras la administración pública se sigue desangrando por las malas mañas de algunos. Pero así son las cosas en nuestro país.
