Por Eleyde Aponte

Una de las fechas religiosas  y festivas de mayor  trascendencia en mi «Carache de Antier», la representaba la celebración del nacimiento de nuestro Santo Patrono San Juan Bautista el 24 de junio de cada año. En la  misma  se combinaban  las actividades religiosas, culturales, deportivas y  folclóricas para homenajear  a nuestro Santo Protector. El pueblo se llenaba de alborozo contagiante manifestado por todos sus habitantes. La fiesta  comenzaba con la llegada de la «rueda,» que era para la época la manifestación de calle más esperada por todos:  niños,  jóvenes y adultos  seguido por la venta de comida, bebidas, cotufas , adornos, globos, ropa,  utensilios para el hogar, juegos de azar, bazares, los loritos de la suerte entre otros.

Las  calles del pueblo  se engalanaban   con los coloridos gallardetes que eran realizados por las familias que residían en las mismas  y que eran colocados unos días antes de la celebración central   en honor a nuestro Santo Patrono «Eje Principal de nuestros Contornos Espirituales «.

Días previos a la fecha central, se procedía a la  presentación y elección de la reina,  evento que se caracterizaba por ser uno de los más populares y esperados de la festividad en el que participaban tres jóvenes damas que eran previamente seleccionas por el Comité organizador de las festividades, las cuales se elegían a través de un jurado, aplausos o venta de tickets. La ganadora era quien lograra la mayor aceptación de los estándares establecidos, siendo su séquito  las dos damas participantes que también eran coronadas como la primera y segunda finalista. La coronación de la reina recaía en el Presidente del  Comité organizador, y la de las otras dos por algún miembro del jurado previamente designado. Quiero recordar aquí a la primera reina de las fiestas patronales de la época, la señorita Josefa María Zapata.

Otros eventos festivos muy  esperados lo representaban los templetes que se realizaban en las calles  del pueblo donde acudían los y las caracheras para disfrutar de una noche de baile completamente gratuita. Así mismo las actividades deportivas, los toros  coleados, las cintas, las peleas de gallos,  el palo encebado, las piñatas en las calles, los bailes típicos en cada esquina:  el  sebucan, la barca Nueva Esparta, el carite, el pájaro guarandol, entre otros.

El  día central de la festividad, el Templo Parroquial regiamente adornado lucía sus mejores galas con sus sobrios y elegantes arreglos florales realizados por los y las mejores floristas de la época, la figura española de San Juan Bautista colocada en  la nave derecha del mismo arreglada  majestuosamente para la ocasión, la parranda carachera,   los mariachis , los cantantes  y músicos del pueblo, el Coro Parroquial,  la Banda Municipal Juan  José Landaeta Patrimonio musical del municipio, los sacerdotes, monaguillos, y el pueblo en general conformaban el escenario perfecto para dar inicio a la celebración de la Santa Eucaristía en honor  a nuestro Santo Patrono «San Juan Bautista».

Culminada la Ceremonia Eucarística, «El  Predecesor de Jesucristo» cargado en hombros por los miembros de la Cofradía y el pueblo en general recorría en procesión las calles del mismo acompañado del vuelo de miles de mariposas amarillas que desplegaban sus alas  en el cielo carachero para escoltar en su recorrido a la imagen del «Profeta del Altísimo». Al finalizar la actividad, la Sagrada Imagen regresaba al Templo donde se le brindaban vitores  (ovaciones , aplausos, aclamaciones), deseándole un feliz cumpleaños y la invitación a la festividad del  año próximo.

San Juan Bautista, en la iglesia colonial de Carache

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *