Por José Gregorio Torres
Hace unos días nos enteramos del lamentable fallecimiento de una joven de tan solo 19 años, Elian Gelen Verónica Victora Moraur, nativa de la hermosa población de Cuicas. En sus escasos años de vida, esta joven había forjado una imagen de dinamismo y fuerza de juventud con presencia pública y de lucha social.
Apenas comenzaba sus estudios superiores, con un gran deseo de hacer realidad sus sueños más elementales: ser toda una profesional. Por eso, al finalizar sus estudios de Bachillerato en Cuicas, se trasladó a Caracas. A pesar de la distancia, conservó con su gente el hilo que sujeta y que es parte de nuestra identidad como pueblo, un lazo que se hace difícil de romper y que nos lleva a estos finales inesperados.
Hoy, el pueblo de Cuicas lamenta profundamente su partida, pues no solo se ha ido un ser querido de la familia Moraur Victoria, sino también la amiga, la vecina, la joven luchadora que en su faceta de estudiante abrazaba causas comunes en su pueblo. Sus compañeros del Liceo Antonio José Saldivia la recordarán como aquella joven con una fuerza extraordinaria de liderazgo y presencia que generaba un deseo de aportar y de luchar por las causas colectivas. Su energía era de admirar, ya que fue una joven inspiración para sus compañeros.
Elian Gelen Verónica era sobrina de una gran amiga y muy apreciada maestra, Verenice Moraur, a quien en lo personal recuerdo por allá en los años 94, y de quien seguramente recibió guía y orientaciones. Así son las familias del pueblo de Cuicas: solidarias y agradecidas.
Nada detiene el tiempo y, con él, los acontecimientos que han de cumplirse por decisión del destino y por circunstancias que al final no entendemos. Nuestra joven promesa, al igual que muchos otros cuiquenses, se encontró en su escasa experiencia de vida con una circunstancia inevitable y tan común en nuestros jóvenes. Así son las cosas que ya están escritas para que sucedan, pero que también nos dejan una enseñanza y un aprendizaje, pues hay situaciones que ni la experiencia ni el tiempo pueden superar y que solo Dios sabe por qué ocurren.
Al final, se impone el recuerdo de esta joven de espíritu inquieto, alegre y prometedor. Hoy, en medio de su partida a la casa del Padre, estamos seguros de que no deja nada pendiente, pues cumplió con el propósito de su existencia, sus momentos sinceros de luchas, el compartir familiar y los momentos junto a sus amigos y compañeros. Por eso, las expresiones de afecto se dieron en su recibimiento —doloroso y agradecido— en su último adiós: una despedida multitudinaria junto a su pueblo.
Nos sumamos al pesar que embarga a su familia y al pueblo de Cuicas.
Descansa en paz, Elian Gelen Verónica Victora Moraur. Paz a su Alma.
