Por Cristian Pietrini Bellini
Homenaje a Ovidio Piedra Moreno – 40 años de trayectoria en Cocuy Jirajara
Hoy no celebramos solo una cifra redonda. Celebramos una vida tejida con constancia, con dignidad, con fuego.
Ovidio Piedra cumple 40 años de servicio en Cocuy Jirajara, y con ello, se convierte en símbolo de lo que significa amar lo que se hace, sostener una tradición, y convertir el trabajo en acto de fe.
Desde sus primeros días como obrero, hasta convertirse en el destilador principal de la empresa, Ovidio ha recorrido un camino que no se mide en cargos, sino en huellas.

Su oficio no es solo técnico: es alquímico.
Su jornada no es solo laboral: es ritual.
Su presencia no es solo longevidad: es raíz, es historia, es ejemplo.
El Cocuy que él elabora no es solo bebida espirituosa: es memoria líquida.
Es el resultado de manos honestas, de madrugadas silenciosas, de una ética que no se negocia.
Es el reflejo de un hombre íntegro, responsable, dedicado, que ha hecho de su trabajo una forma de honrar la tierra larense, la planta noble del agave, el proceso ancestral y la gente que lo rodea.
Ovidio no solo ha perfeccionado el arte de destilar: ha dignificado el oficio.
Ha convertido cada gota en testimonio de respeto por la tradición, por el entorno, por la cultura.
Ha sido testigo de generaciones que han pasado por la empresa, y ha sido maestro silencioso de quienes han aprendido observando su constancia, su humildad, su excelencia.
Hoy, quienes lo conocen, lo celebran.
Porque Ovidio no solo ha sido empleado: ha sido columna, ha sido faro, ha sido corazón.
Porque su constancia es testimonio de que el amor por lo que se hace puede sostener una vida entera.
Porque su nombre, en Cocuy Jirajara, ya no es solo parte de la nómina: es parte de la raíz, del alma, del altar.
Este aniversario es más que un brindis: es un acto de gratitud colectiva. Es el reconocimiento de que hay hombres que, sin buscar protagonismo, se convierten en leyenda.
Es la celebración de una trayectoria que no se mide en años, sino en impacto, en respeto, en legado.
Gracias, Ovidio Piedra, por 40 años de servicio.
Gracias por enseñarnos que el trabajo bien hecho es también una forma de amar.
Gracias por ser parte viva de la historia que se destila en cada botella.
Gracias por recordarnos que la excelencia no se grita: se vive.
