Por José Gregorio Torres.

Cómo por todos es sabido el templo de San Juan Bautista de Carache, ha sido restaurado aproximadamente tres veces en lo que va de su construcción, estás restauraciones algunas de ellas parciales tienen sus inicios por los años setenta, veinte años después de su culminación, bajo la administración de presbítero Ligero y Ligero, sacerdote español, quien asumió la decoración con colores azules, rojos y dorados en el interior, así como la construcción de un pórtico para evitar los ruidos que se producían en la calle y que interrumpen los actos litúrgicos, este pórtico estaba dedicado a Rodolfo Minumboc, obra que más tarde fue demolida. La segunda intervención se hizo bajo la administración de monseñor Guillermo Martínez, restauración que se hizo en esa oportunidad de manera parcial, cambiando los colores pasteles del templo por pintura blanca y reafirmando el color gris cemento. Más adelante le correspondió al presbítero Francisco Linares, quien de igual manera realizó algunas restauraciones parciales, cambiando los colores en la parte interna del templo. En todas estas tres restauraciones no se intervinieron las decoraciones del frontis del templo.

En esta oportunidad la ha correspondido al presbítero Robert Ali Vásquez, el desafío de realizar una cuarta restauración de esta hermosa obra arquitectónica de características extraordinariamente caprichosas, una infraestructura que fue diseñada exclusivamente para el gusto de los caracheros, pues no existe en ella un patrón arquitectónico definido, ya que es una combinación de épocas de culturas y de arte, donde el arte romano, se combina con el gótico, pero también con el clásico y barroco, un choque visual para los estudiosos de la arquitectura, pero también para los que saben de arte y de armonía. Sin embargo, para los Caracheros es la obra más hermosa que se haya levantado en todo el estado Trujillo, y que tiene el valor agregado de haber sido construida con el total esfuerzo e inversión de los caracheros, en ello se recuerdan al maestro Ramón Ponce, al maestro Ramón Quintero, merideño y al maestro artista y artesano Plinio Paolini, de ascendencia italiana. Este último encargado de la pintura y artes del frontis del templo junto a Ramón Ponce.

Hoy nuevamente sé emprende la difícil tarea de recuperar y sustituir gran parte de la pintura de templo, en la cual los colores en cemento del frontis, están siendo sustituidos por colores similares, pero en pinturas de óptima calidad, preparados exclusivamente para esta extraordinaria estructura en exteriores, algo que por primera vez se ha decidido en conjunto con todas las corporaciones que conforman la unidad del templo. Así, de esta manera también y más importante, se restaurarán, por primera vez luego de sesenta años, las decoraciones barrocas en relieve y óleos que necesitan ser restauradas e intervenidas, respetando técnicas y materiales utilizados originalmente. Es importante recalcar que todo este trabajo se está haciendo solo con las colaboraciones de personas particulares y familias, y que se hace necesario solicitar la colaboración para el pago de obreros, ya que el material en su totalidad está siendo garantizado por un carachero de gran emprendimiento y, por lo tanto, esperamos que nos puedan colaborar cancelando un obrero por semana a un costo de $ 25. Lo cual nos permitirá sin contratiempos continuar esta importante obra que deberá estar culminada en su primera etapa antes del 20 del mes en curso.

Para los interesados en contribuir con estos trabajos, les dejamos un Pago Móvil para su colaboración. Y agradecidos eternamente. Responsable: Dinelsy Benítez Pago Móvil 16.651.342. Provincial, 04147022027.

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