Por Marcos Álvarez
En el corazón de Carache, la vida de María del Carmen Ovalles Benítez es un testimonio de vocación, resiliencia y amor por la educación. Nacida un domingo 14 de enero de 1955, en el caserío Las Peñitas de la hacienda «El Paramito», Carmen, cariñosamente conocida como la «Maestra Carmen», ha dedicado su existencia a formar generaciones y a construir un futuro mejor para su comunidad.
Hija de Roseliano Antonio Ovalles Terán y Julieta del Carmen Benítez, Carmen es parte de una familia de diez hermanos. Sus primeros pasos académicos los dio en el Grupo Escolar Dr. Ernst, para luego cursar el bachillerato en el Liceo Juan Antonio Román Valecillos. Su preparación culminó con el título de Técnico Superior Universitario en Educación Integral, obtenido en la sede del C.U.C. en Valera.
Un camino marcado por la pasión y el compromiso
La trayectoria de Carmen como educadora inició en 1986, cuando, aún sin el título, ingresó a la Escuela Estatal Rural de Loma del Medio, parte del Núcleo Escolar Rural N.º 253 de Las Adjuntas de Carache. Allí, con escasos recursos pero un corazón rebosante de vocación, atendías todos los grados, desde primero hasta sexto. Día tras día, te enfrentabas a caminos difíciles, subiendo y bajando montañas, impulsada por el amor a la enseñanza y el cariño incondicional de tus alumnos.

Las primeras clases se impartían en una modesta casita de barro, cedida con generosidad por la señora Petra Briceño. Fue tu liderazgo, junto al de la comunidad, lo que hizo posible el sueño de construir una escuela digna. El terreno fue donado por el señor Ernesto Materano, y gracias al apoyo del entonces alcalde Miguel Rincón, se obtuvieron los materiales y la mano de obra para edificar la nueva Escuela Rural Loma del Medio, un logro que hoy se recuerda con orgullo. Años más tarde, tu incansable gestión también permitió la asignación de un transporte escolar, brindando la oportunidad de asistir a clases a muchos niños de caseríos aledaños.
Resiliencia ante la adversidad y un legado que perdura
Tu dedicación en la Escuela de Loma del Medio se mantuvo por muchos años, entregando cada jornada con responsabilidad y amor. Sin embargo, en 1998, la vida te presentó una dura prueba: el diagnóstico de un tumor maligno. Te retiraste temporalmente para recibir tratamiento, pero con la ayuda de Dios, la Virgen, tu familia y amigos, lograste superar la enfermedad y regresar a tu amada labor.
Aunque te jubilaste por motivos de salud y edad, tu vocación jamás se apagó. Desde casa, continúas apoyando a niños con diversas necesidades pedagógicas, compartiendo no solo conocimientos, sino también valores, con la firme convicción de que educar es formar personas de bien.
Un pilar familiar y una inspiración para todos
Además de tu invaluable aporte a la educación, has sido bendecida con una hermosa familia. Desde hace 45 años, compartes tu vida con Maximiliano Godoy Toro. Juntos, criaron a sus tres hijas, hoy mujeres profesionales y trabajadoras. Actualmente, son los orgullosos abuelos de cuatro nietos –tres varones y una niña– que llenan sus días de luz y alegría.
Así es la Maestra Carmen, una mujer que con vocación, fe y la certeza de que sembrar conocimiento es también sembrar esperanza, ha dejado una huella imborrable en Carache.