Por Nira López | El Impulso

El centro de Filipinas se sumió en el pánico la noche del martes tras ser golpeado por un potente terremoto de magnitud 6.9, que ha dejado una estela de destrucción y, según las últimas cifras de las autoridades, al menos 60 personas fallecidas y decenas de heridos. La magnitud de los daños materiales ha llevado a que la región afectada, con la provincia de Cebú como epicentro del desastre, declarase el estado de calamidad esta mañana.

Epicentro del desastre y víctimas

El temblor ocurrió a las 21:59 hora local (13:59 GMT) y su hipocentro se localizó a tan solo diez kilómetros de profundidad, cerca de la ciudad de Bogo, según informó la agencia sismológica de Filipinas (Phivolcs). Inicialmente, se emitió una alerta de tsunami localizado, que fue afortunadamente retirada en la mañana del miércoles.

La mayoría de las víctimas mortales se concentran en Bogo, en el norte de Cebú, una de las zonas más cercanas al epicentro. El impacto del sismo no solo se ha cobrado vidas, sino que también ha causado daños significativos en infraestructuras clave a lo largo de la provincia.

Un archipiélago castigado

Este desastre natural se suma a una serie de eventos sísmicos que han sacudido al país recientemente. Apenas el pasado enero, el archipiélago fue golpeado por dos sismos considerables de magnitudes 6.1 y 5.8, que provocaron daños en carreteras, viviendas y una escuela en el sur y el centro del país. La nación insular se encuentra en el geológicamente activo «Anillo de Fuego» del Pacífico, lo que la hace propensa a una intensa actividad sísmica y volcánica.

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